El café es uno de los principales cultivos en México, con cadenas productivas que generan empleo a miles de habitantes del país y que, gracias a ello, cada día podemos disfrutar de una o más tazas de esta deliciosa bebida. En promedio, se consumen 1.6 kg de café por persona en el país, al año, pero ¿sabías que gran parte de esta cosecha se realiza a mano?
En México, 515,000 productores y productoras se dedican al cultivo del café en 15 estados de la república, concentrados en las regiones centro y sur del país; de los cuales, 85% son originarios de pueblos indígenas y más del 60% producen en pequeñas parcelas de menos de tres hectáreas; siendo el café el principal producto agrícola generador de ingreso económico y empleo en el medio rural, con lo que se benefician mujeres, hombres y jóvenes de comunidades, principalmente marginadas. Esto nos indica que gran parte del café que se produce en el país es de pequeñas y pequeños productores. Es por ello y por las zonas altas y pronunciadas en donde se cultiva, que van en promedio de los 1,000 a los 1,300 metros sobre el nivel del mar que la recolección de los granos de café se hace de manera artesanal, prescindiendo de maquinaria que apoye en esta labor, pues además del limitado acceso, hay que elegir muy bien las cerezas rojas, que son los frutos maduros listos para recolectar; esta minuciosa selección mantiene la calidad y el sabor de los mejores frutos que llegan hasta tu taza.
Entre los meses de noviembre a febrero, cada año se recolectan los frutos que se obtienen de las plantas de café. Las cerezas maduras se cortan de la rama de una manera delicada, usando ambas manos, para no dañar las hojas o los tallos de los arbustos. Los granos se van recolectando en unos cestos llamados tanates que van atados a la cintura, los cuales pesan entre 8 y 9 kilos estando llenos. Dado que las cerezas no maduran de manera pareja, las y los recolectores deben pasar varias veces por los cafetos, para recoger a medida que maduran los frutos.
Esta es una ardua tarea, es por ello que en Rainforest Alliance, con la colaboración de nuestros aliados, contribuimos a brindar estándares que abordan condiciones de trabajo justas, una mejora en los salarios, igualdad de oportunidades en cuestión de género, así como la defensa de los derechos territoriales indígenas y la eliminación del trabajo infantil. Nuestro sello de la ranita refuerza esta mejora en las condiciones de los medios de vida de las comunidades productivas, a la vez que promueve prácticas en armonía con la naturaleza.
Ahora que ya conoces lo complejo que es el proceso de recolección del café, que se realiza ahora mismo en las zonas cafetaleras del país, te invitamos a elegir entre nuestro directorio algunas de las marcas de las comunidades productivas con las que, además de disfrutar de esa taza de café que tanto te gusta, apoyas a que su calidad de vida, condiciones de trabajo y fuente de ingreso sean prósperas. #ConoceCambiaComparte